Certificoides y Campamentos de Verano

Hace unos días nos llegaba una consulta desde otra comunidad autónoma (que podría ser cualquiera). Parece que con la llegada del verano, comienzan los campamentos y como es natural, sería una absoluta insensatez ir a uno sin un certificado médico, que como todo el mundo sabe, evita que las tirolinas se rompan, que haya ahogamientos, etc. El certificado médico viene a asegurar que no va a pasar nada y si algo pasa, claro está, no será porque no se observaron las estrictas medidas de seguridad, o no se contaba con los pertinentes permisos, o no se había llevado a cabo la pertinente inspección. Sin lugar a dudas, los accidentes ocurren porque en el certificado médico el pediatra no hizo constar que los menores de edad son atrevidos, aventureros, se creen inmortales y necesitan en todo momento la supervisión de un adulto responsable.

A la petición de auxilio que nos hicieron llegar y que más o menos decía «Me gustaría que si no es mucha molestia, me recordases qué se puede contestar ante los responsables de esos campamentos para evitar tener que hacer esos certificoides que, como tú decías, no sirven para nada y consumen mucho tiempo«, esto es lo que, a bote pronto le contestamos y consideramos oportuno adaptar (esta no fué exactamente la respuesta) y compartir:

Si el campamento es para enfermos crónicos y lo financia el servicio de salud de la comunidad autónoma para la que trabajas, es obvio que es tu trabajo y lo tendrás que hacer. Eso si, ya veremos como…
Si el campamento es privado, lo que te piden, requiere de un reconocimiento previo y dichos reconocimientos (realizados a personas sanas a petición propia) no son una prestación de la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud ni de ninguna comunidad autónoma «ocurrente».
Si la familia te presiona (o tu jefe que quiere hacer un favor a costa de tu responsabilidad) y te ves presionado a emitir un informe, este podría ser el modelo, del que se hacen fotocopias y no requiere ni personalización (es un informe “al portador”).


» Declino mi responsabilidad para decidir si este o cualquier otro niño puede acudir a un campamento en el que desconozco los riesgos a que va a ser sometido. Desconozco el programa de actividades, desconozco la cualificación del personal que lo acompañará, desconozco el estado del alojamiento, de los aseos o la dieta que recibirá y en que condiciones será preparada o suministrada. 
Necesitaría un dossier completo del campamento, con las autorizaciones administrativas emitidas y certificados actualizados de la inspección sanitaria sobre alojamientos, aseos, cocinas y titulación de todo el personal que le atenderá, incluyendo el preceptivo Certificado de Delitos de Naturaleza Sexual, que se exige para trabajar con menores. Igualmente se requiere para la emisión del certificado, la autorización administrativa de instalaciones y funcionamiento del campamento, así como la resolución mediante la cual resulta exigible la expedición de un certificado médico y la naturaleza de las circunstancias que en él se deben hacer constar. De igual modo es preceptivo que cualquier organización, sociedad o empresa que solicite un certificado médico, hace acopio de información de salud, lo que constituye un fichero de datos cuya constitución debe ser autorizada por la AEPD cuyo dictamen debe ser también presentado previamente a la expedición de dicho certificado.
Por último, entendemos que para las actividades cotidianas no se necesitan certificados médicos y que el riesgo que entrañen deben ser asumidos por padre y organizadores que deberán disponer de un seguro de responsabilidad civil que cubra cualquier contingencia y no por un profesional del sistema sanitario público. Si dicho seguro exige un certificado médico de los asistentes, los reconocimientos previos a su emisión NO son una prestación de la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud.» 

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